Antecedentes del Romancero Gitano. El cante jondo en Federico García Lorca


Las transformacionesAl igual que Góngora, García Lorca inventa un «nuevo método para cazar y plasmar metáforas y piensa sin decirlo que la eternidad de un poema depende de la calidad y trabazón de imágenes»[1].
Toma el canto andaluz tradicional y lo reestructura. El Poema del Cante Jondo es la fusión perfecta de música y poesía, cuya herencia andaluza transforma la realidad resaltando el valor del arte de la creación. En su Romancero, el romance original multiplica la estética neotradicional, y esta lejanía se convierte en un acercamiento. En ambas obras, la fantasía del escritor hunde el folclore literario de su país de cabeza en el poema. La lírica del pueblo se regenera en la voz lorquiana. Tema gitano, revestido de sensibilidad estética y social.
Lorca trabaja dentro de un sistema simbólico de temas que reitera en toda su obra poética: vida y muerte, fecundidad y luna, el cuchillo, el caballo, la sangre, los metales. El juego de opuestos remite a la frustración, a la dimensión cósmica del amor. Un canto que no es imitación de la poesía popular, sino que alcanza valores propios. Compensación de la fugacidad. La muerte como motivo artístico. El enigma del hombre en paralelo a la función reveladora.

Trinar de Andalucía
El cante jondo es el espejo de la Andalucía con sus montes y sus ríos. Este grupo de canciones andaluzas, cuyo origen se remonta a los primitivos sistemas musicales de la India, es un son misterioso que comienza en las primeras edades de la cultura. «Rompe las celdas sonoras de nuestra escala atemperada, que no cabe en un pentagrama rígido y frío de nuestra música actual y quiebra en pequeños cristalitos las flores cerradas de los semitonos»[2]. Lorca metaforiza el trinar, la fuerza primitiva que conserva su pureza, tanto en su composición como en su estilo. La melodía de esta siguiriya gitana obedece a la acumulación de la historia de España y, por eso mismo, es el idioma particular del andaluz.
La obra fue publicada en 1921. El artista nos lleva a lo fundamental: la expresión dolorosa de un pueblo perseguido. Hace referencia a tres hechos históricos que influyeron en las canciones: la adopción del canto litúrgico por la iglesia española, la invasión sarracena de sangre africana y la aparición de bandas de gitanos. Éstos redondean el cante jondo, usando una misma nota como si fuera una prosa cantada. El ritmo métrico desaparece aunque esté compuesto de tercetos y cuartetos asonantados. El canto fue conservado por el pueblo español, un arte popular que la aristocracia consideraba de mal gusto. Durante la exposición universal que se celebró en París en el año novecientos, en el pabellón de España, un grupo de gitanos cantaba el cante jondo. de ahí al estudio de la tradición y a la recolección de cantos y poemas, hubo solo un paso.
Las estrofas del Poema del Cante Jondo, son expresiones justas como lo es el cante jondo en sí mismo. El sistema simbólico centraliza a la muerte en la «Malagueña». Construida en la anécdota cotidiana, la muerte entra y sale de la taberna, empáticamente con la gente siniestra que por allí circula. Las imágenes sensoriales son todo el acontecer. La canción es una mujer en el «Paso de la siriguiya», mujer de ritmo sin cabeza. El viento se convierte en mito de la masculinidad. El llanto llora en los versos de «La guitarra», monótona como el agua.
Lorca obtiene del cante jondo los materiales primarios para poder trabajar el Romancero Gitano, proyecto elaborado entre 1924 y 1927 y publicado en 1928. En él confluyen el modernismo, el ultraísmo y también, algo del surrealismo. Pero en sus poemas, irradia el irracionalismo.
Comienza en media res, transcurre entre el amanecer y el atardecer, momentos ambiguos del día y de la noche. Valiéndose de las repeticiones, irrumpe el paisaje y el folclore andaluz. El escritor ahonda en los temas marginales y los mitos, retomando los romances de la tradición popular. Trasciende lo gitano, que en palabras del poeta: «es lo más elevado, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal»[3].
Poseedor de un sólido conocimiento del romancero y de los cancioneros tradicionales, Lorca funde el romance narrativo con el lírico, logrando un efecto dramático de enorme misterio poético. El gran personaje del libro es la Pena, pena que percibimos intangible, la pena de los gitanos. Muerte y violencia desfilan desde el principio al fin. La luna, mujer-muerte junto al niño gitano. El sendero doloroso. Los esclavos del rey David quieren matar a Amnón. Juan Antonio es herido de muerte por el toro. La muchacha ahogada, de ojos de «fría plata» estalla en el sonambulismo frente a la frustración. El Amargo como ángel de la muerte. La noche que «llama temblando» y el viento sátiro. La lucha de Andalucía y la de toda España. Desesperanza y obsesión. Mitos que se entremezclan con el elemento realista. La presencia de lo sobrenatural, lo cósmico; la religiosidad andaluza y su imaginería.

El duendeBuscar el duende en el arte: éxtasis religioso que trasciende los límites. La bifurcación que anuncia «el bautismo de las cosas recién creadas»[4]. Una demostración de la existencia, sería innecesaria. Lorca habla, liberando las ideas. Él, que pedía a gritos la reivindicación cultural para que los hombres sepan, hace el drama a los símbolos, elevándolos. Una interpretación plástica del sufrimiento, donde no se olvida el acento del poema. Lo más puro, lo más firme de la lengua española: «ese cuerno de blando metal» construyendo la inmortalidad del ritmo eterno, hasta venir aquí.

© Silvia Camerotto
imagen de Federico García Lorca. Fuente: Sobrevivir en la nada

Bibliografía[1] García Lorca, Federico, Obras Completas, Tomo III, Prosa, «La imagen poética de Don Luis Góngora», 1977, Valencia, Barcelona, Edición Miguel García Posada – Círculo de Lectores S.A., Galaxia Gutemberg S.A.[2] García Lorca, Federico, Obras Completas, Tomo III, Prosa, «Arquitectura del Cante Jondo », 1977, Valencia, Barcelona, Edición Miguel García Posada – Círculo de Lectores S.A., Galaxia Gutemberg S.A.[3] García Lorca, Federico, Obras Completas, Tomo III, Prosa, «Conferencia recital del Romancero Gitano », 1977, Valencia, Barcelona, Edición Miguel García Posada – Círculo de Lectores S.A., Galaxia Gutemberg S.A.[4] García Lorca, Federico, Obras Completas, Tomo III, Prosa, «Juego y teoría del duende », 1977, Valencia, Barcelona, Edición Miguel García Posada – Círculo de Lectores S.A., Galaxia Gutemberg S.A.
García Lorca, Federico, Poema del Cante Jondo,1989, Buenos Aires, Losada
García Lorca, Federico, Romancero Gitano,1999, Buenos Aires, Losada
Salinas Pedro, El mundo de Lorca, 1988, Buenos Aires, Fabril Editora
Dámaso Alonso, Estudio sobre poesía española contemporánea, 1968, Madrid, Gredos
A.A.V.V., Cuadernos hispanoamericanos, N°s 433-434, 1986, Madrid

Comentarios

Anónimo dijo…
he leido su nota con pasión e interés sibila. el apartado "el duende" me ha emocionado. espero que muchos peregrinos se aventuren en las telarañas que usted teje.
gerund dijo…
ah, el duende...

que felicitud don Federico!
gracias, rilkean heart. seguiré tejiendo.
sí, gerund. don federico es una felicitud sin duda alguna.
Nina London dijo…
Excelente balance, superb.
gracias, nina. y, bienvenida!
Blaine dijo…
¿Te acordás del Británico?
difícil olvidar a quien me trató de RETRASADA MENTAL (sic). por qué la pregunta?
DLP dijo…
Conozco la obra de Garcia Lorca!
obra y vida intensas, llenas de compromiso.
bienvenido, después de su largo silencio, les romantiques.